A los 17 años, mientras muchos aún buscaban su rumbo, un joven decidió empezar a construir el suyo. Ese joven es Brayan, fundador de Duverlux, quien desde muy temprano entendió que el camino del emprendimiento no es fácil, pero sí posible si se recorre con pasión, visión y constancia.

Con un sueño claro en mente crear una empresa que importe productos de calidad al Perú, Brayan no quiso competir, sino formar parte del grupo de grandes marcas que mueven el mercado nacional. Su objetivo no es ganar solo, sino crecer junto a un equipo comprometido, con valores y con hambre de superación.

Así nació Duverlux, un nombre que no es casualidad. Lleva en sí el respeto y la pasión de quien lo creó, inspirado en su propio segundo nombre. Esta empresa no es solo una tienda: es el reflejo de una historia que recién comienza, un símbolo de lo que se puede lograr cuando se actúa con propósito y disciplina.

Hoy, Duverlux se posiciona como una marca que apuesta por la innovación, la calidad y, sobre todo, por el valor humano. Y su fundador quiere dejar un mensaje claro a los jóvenes del país:

«No importa tu edad, tu origen o tus recursos. Lo que importa es tu determinación. Si crees en ti, si trabajas por tus sueños con humildad y esfuerzo, todo es posible. El éxito no se hereda, se construye. Y tú puedes ser el próximo en lograrlo.»

Bienvenidos a Duverlux. Esto recién empieza.